JOAQUÍN MARÍA CRUZ QUINTÁS (Jaén, 1981) es licenciado en Filología Hispánica por la UJA. Doctorando en posesión del Diploma de estudios avanzados (DEA), otorgado por las Universidades de Jaén y Granada, dentro del Programa interuniversitario de doctorado El Veintisiete desde hoy en la literatura española e hispanoamericana (La Edad de Plata). Profesor de Lengua castellana y Literatura y Latín en el I.E.S. Ruradia (Rus, Jaén).

Aproximación al estudio del léxico y la ortografía de los estatutos de la primitiva Congregación del Santísimo Cristo de la Expiración de Jaén (1761)


Introducción

La afirmación de que toda lengua, en tanto que entidad viva, está en continuo proceso de cambio es una máxima imposible de refutar, por evidente. El castellano, desde su génesis latina, ha ido progresando al albur de los siglos hasta devenir en el español del siglo XXI, que es la consecuencia o corolario de una serie de vicisitudes de diversa índole, entre las que destacan los esfuerzos por evitar la arbitrariedad en el empleo de la lengua.

La primitiva Congregación del Santísimo Cristo de la Expiración nace en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando la lengua castellana se encuentra en pleno proceso de reforma. La actual cofradía del Jueves Santo custodia con celo el manuscrito original de dichos estatutos, los cuales, al margen de su valor meramente informativo sobre los orígenes de la hermandad, suponen un interesante campo de trabajo para el análisis del castellano de aquellos años. Esto es lo que, aunque sea de forma somera, planteamos en este artículo.

Para poder situarnos en el tiempo es preciso mencionar algunos hechos importantes en este proceso de reforma: El racionalismo que impera en el siglo XVIII en todos los campos del saber también afectará, no podía ser de otro modo, al ámbito lingüístico. Si bien el siglo XVIII fue mucho menos pródigo en creación literaria que sus dos precedentes (el Siglo de Oro), el interés por la reflexión y el estudio erudito coadyuvó a un auge de la preceptiva (de la norma), que en el caso de la lengua no había tenido suficiente calado hasta entonces, al margen de los esfuerzos alfonsíes. Así, la Academia, protegida por la Corona, pondrá coto a vulgarismos, construcciones inexactas, creaciones antietimológicas, etc., y ordenará y simplificará la ortografía, hasta la fecha excesivamente caprichosa a pesar del peso de la tradición literaria reciente. La publicación del Diccionario de Autoridades (1726), la Ortographía (1741), la Ortografía (en 1763, dos años después de la redacción de nuestros estatutos) y la Ortografía (1815) serán algunos de los jalones que irán marcando el importantísimo itinerario emprendido por la RAE en estos años.

Los estatutos de 1761

Analizamos a continuación los casos particulares que hemos ido encontrando en nuestra lectura de los estatutos y que, por ser ejemplos léxicos u ortográficos que difieren del español actual, merecen una explicación con detalle.  
1.- En la portada del manuscrito leemos “Santíssimo Christo de la Espiración”, que será la forma en que se hará referencia a la imagen titular a lo largo de todo el manuscrito. El mantenimiento de la grafía geminada -ss- entre vocales se mantendrá hasta dos años después de la redacción de los estatutos, momento en el que la Ortografía de la Academia de 1763 suprime la distinción gráfica. Encontraremos ejemplos similares a lo largo del manuscrito: “En el nombre de la Santíssima Trinidad (…) y de la Gloriosíssima Virgen María Señora Nuestra (…)”, “el Congregado que fuesse soltero, ha de dar su entrada y cabo de año como si fuesse ”, “y pasado dicho tiempo, si no la hubiesse dado”, “si muriesse algún Congregado o Congregada”, “y si los segundos pasassen  de cincuenta años (…) y otros casos.  
[...] 
Joaquín María Cruz Quintás
(El artículo completo será publicado a inicios de 2012 en el Boletín extraordinario de la Cofradía, con motivo del 250º aniversario de la fundación de la primitiva Congregación de gloria).

Los textos más leídos del blog