JOAQUÍN MARÍA CRUZ QUINTÁS (Jaén, 1981) es licenciado en Filología Hispánica por la UJA. Doctorando en posesión del Diploma de estudios avanzados (DEA), otorgado por las Universidades de Jaén y Granada, dentro del Programa interuniversitario de doctorado El Veintisiete desde hoy en la literatura española e hispanoamericana (La Edad de Plata). Profesor de Lengua castellana y Literatura y Latín en el I.E.S. Ruradia (Rus, Jaén).

Economía y semántica

Andan a la gresca políticos y opinadores a propósito del nombre más apropiado con el que aludir al río de millones de euros que Europa ha vendido a España. ¿Es un rescate o una línea de crédito? En puridad, ambos términos son perfectamente correctos desde el punto de vista denotativo.

España ha solicitado un préstamo por el que, como es lógico, tendrá que pagar unos intereses. Y dicho préstamo no ha sido pedido por gusto o para financiar un proyecto cualquiera, sino para salvar al 30% del sistema bancario español (fundamentalmente cajas de ahorro previamente exprimidas y arruinadas por nuestros políticos, explotadas para financiar megaproyectos que quedaron sin pagar). Sin embargo, las reticencias del Gobierno -y el interés de la oposición- a emplear el término "rescate" vienen determinadas por el contexto político-económico internacional. Y es que dicho sustantivo ha sido empleado durante los últimos meses como sinónimo de "intervención" o "pérdida de soberanía", por lo que se ha venido impregnando de una suerte de superestrato semántico de reminiscencias greco-lusas que no es aplicable, bajo ningún concepto,  a la realidad de este préstamo a España.

Semejante identificación (y la fluctuación de significados) es generadora de dudas e incertidumbres perjudiciales para la "confianza", ese concepto totémico y extraordinariamente lábil que determina de manera práctica la muy concreta realidad de nuestras vidas.

Retazos de fraseología y léxico jaenés (XXXIX)

- Portarse bueno: En Baeza y otras poblaciones de la comarca es habitual referirse al buen comportamiento del vástago o pupilo con la sustitución del adverbio "bien" por el adjetivo "bueno", conmutando el circunstancial de modo por predicativo concordante en género y número con el sujeto. Es aún más frecuente en las clases populares: "Hoy me estoy portando bueno, ¿verdad?".

- Vergonzudo: También por los lares baezanos y colindantes se puede escuchar a menudo esta variación popular del adjetivo "vergonzoso", producto de la sustitución del sufijo por este otro, indicador de abundancia, procedente del latino -utus.




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