JOAQUÍN MARÍA CRUZ QUINTÁS (Jaén, 1981) es licenciado en Filología Hispánica por la UJA. Doctorando en posesión del Diploma de estudios avanzados (DEA), otorgado por las Universidades de Jaén y Granada, dentro del Programa interuniversitario de doctorado El Veintisiete desde hoy en la literatura española e hispanoamericana (La Edad de Plata). Profesor de Lengua castellana y Literatura y Latín en el I.E.S. Ruradia (Rus, Jaén).

Valentía, verdad, libertad

"No se pueden corromper las personas. Ni siquiera con mensajes falsos. Quisiera decir una palabra a aquellas personas que hoy, llevadas por tantas ideologías que acaban por no orientar bien sobre lo que es la sexualidad humana, piensan ya desde niños que tienen atracción hacia las personas de su mismo sexo, y a veces para comprobarlo se corrompen y se prostituyen, o van a clubs de hombres nocturnos". Estas son las palabras que el obispo de Alcalá, moseñor Reig Pla, pronunció el pasado viernes. Viernes Santo: efeméride de la inocencia asesinada. Podría suscribir punto por punto cada uno de sus asertos, que se me revelan de una nobleza y humanidad sumarias. El socorro del débil frente al tirano. La defensa de la verdad. De la libertad esencial (individual) del hombre. Y sin embargo, en este contexto de prisas mentales y clichés ideológicos, de sumisión genuflexa al pensamiento hegemónico, estas palabras libres y valientes sólo han encontrado la embestida furibunda de la mayoría de los medios.

La antigüedad de muchos de los valores que nos han hecho humanos no debería ser óbice para su custodia. De la misma manera en el caso contrario. El progreso implica armonización y equilibrio. La modernidad debe construirse sobre un sistema de pesos y contrapesos, pero no se puede socavar las piedras angulares del mundo civilizado por miedo a que te arrojen a la cabeza las de la mujer adúltera.

Libertad y verdad son los dos ejes axiales del Evangelio. Una Libertad con mayúsculas que no entiende de arbitrariedad y sí de libre albedrío. Libertad frente a libertinaje. Y Verdad frente a demagogia, frente a comodidad y relajación mental. Proyecto vital exigente de esa intrepidez que hizo abandonar a los once la casa donde se escondían de los judíos hasta el Domingo de Pascua.

Lo demás: La intolerancia (anti) religiosa, la ignominia, la lapidación, la sumisión al pensamiento hegemónico, el rasgo de vestiduras,... forman parte de otros capítulos de esos relatos que cambiaron la Humanidad.

Joaquín María Cruz Quintás

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