JOAQUÍN MARÍA CRUZ QUINTÁS (Jaén, 1981) es licenciado en Filología Hispánica por la UJA. Doctorando en posesión del Diploma de estudios avanzados (DEA), otorgado por las Universidades de Jaén y Granada, dentro del Programa interuniversitario de doctorado El Veintisiete desde hoy en la literatura española e hispanoamericana (La Edad de Plata). Profesor de Lengua castellana y Literatura y Latín en el I.E.S. Ruradia (Rus, Jaén).

Retazos de fraseología y léxico jaenés (XXXV)

 - Repizcar: En ámbitos populares de la provincia de Jaén es habitual el empleo de semejante término como sinónimo de pellizcar o pizcar, vocablo este de origen onomatopéyico al que se le añade el prefijo latino de matiz repetitivo: “La Virgen, qué pestazo, eso huele a zorro a matado a repizcos”. El prefijo re- es utilizado asimismo en otras voces populares, como es el caso de reliar, en lugar de liar.

- Disfrez: El diccionario de la Academia recoge este término como en desuso, con el significado de desprecio. Sin embargo, en tierras jaenesas se puede escuchar con cierta frecuencia en la expresión “estar hecho un disfrez”, empleada para referirse a la persona o cosa que presenta un aspecto desordenado o un estado mejorable: “Cuchi qué pintas trae, que viene hecho un disfrez”.

Joaquín María Cruz Quintás.

Retornad

Pero, ¿de dónde habéis venido, mujeres y varones del Domingo de Ramos? ¿Cuál es el barrio en que moráis el resto del año? Nunca os había visto caminar por las calles del Jaén de las sienes de plata y, sin embargo, ayer lo inundasteis con vuestra pleamar de rosas y morados, con vuestras risas sonoras con la boca abierta, con vuestros perfumes de lupanar.

¿Qué región habitáis los meses en los que la calle Almenas es un silencio submarino donde el sol no destella en vuestras gafas de camionero, cuando el tañido de la campana es el contrapunto de ese “ole” estirado hasta la náusea que escupen vuestros labios taladrados de metal? ¿Qué os atrae de la Semana Santa, si las cofradías son oración y barroco, si son el piar de las golondrinas tempranas y la mano de Dios en los geranios de los balcones? ¿Por qué venís a estas calles, por qué venís a plantearme dudas de fe en plena Semana Santa? Porque si Dios es justo, ¿cómo es que permite el desorden de esos cuerpos oprimiendo unos ropajes que nunca sortearían los soldados del Calvario, o esos rostros, en fin, huérfanos de gentileza con los que castigáis a la ciudad herida de siglos?

Abandonad, bárbaros, la acrópolis jaenciana, y retornad a vuestros cuarteles de invierno. Os lo pido como un favor personal.

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