“Cataluña fue conquistada por España en 1714”
Es una mentira burda, aunque no por ello menos repetida por muchos
nacionalistas catalanes, sobre la que acostumbran legitimar su vindicación de
la independencia.
Los hechos hay que situarlos en la Guerra de Sucesión
española (y no de “Secesión” catalana),
que se origina con la muerte sin descendencia del último rey de la Casa de
Austria, Carlos II. Como es sabido, estos sucesos desembocaron en la llegada
del primer Borbón a la corona española, dinastía que ha permanecido hasta hoy
con las excepciones del breve reinado de Amadeo de Saboya, los dos períodos
republicanos y la dictadura franquista.
Sin embargo, no todos los territorios del Reino de España se
mostraron partidarios de los Borbones. Es el caso, entre otros muchos, de
Cataluña, muy firme defensora de la causa austracista y de su
continuidad en la corona española. Esta resistencia provocó que las tropas borbónicas
conquistaran Barcelona en el año antedicho, pero de ningún modo se trató de la
conquista de un Estado sobre otro, o de una nación sobre otra, sino de un hecho
bélico únicamente entendible en el marco de una Guerra Civil entre españoles
divididos en dos bandos.
Afirmar lo contrario es fantasear. Hacerlo con la intención de manipular la objetividad
de los hechos para obtener réditos políticos, envolviéndolo todo en el papel
celofán del sentimentalismo, pertenece al ámbito de la indecencia.
Joaquín María Cruz Quintás