JOAQUÍN MARÍA CRUZ QUINTÁS (Jaén, 1981) es licenciado en Filología Hispánica por la UJA. Doctorando en posesión del Diploma de estudios avanzados (DEA), otorgado por las Universidades de Jaén y Granada, dentro del Programa interuniversitario de doctorado El Veintisiete desde hoy en la literatura española e hispanoamericana (La Edad de Plata). Profesor de Lengua castellana y Literatura y Latín en el I.E.S. Ruradia (Rus, Jaén).

Retazos de fraseología y léxico jaénes (VII)

-Fabricano: En Jaén, es una palabra empleada en el ámbito de las cofradías de Semana Santa. Tradicionalmente, el fabricano era el encargado de la gestión y conservación de los enseres de la hermandad, labor que hoy desempeña el llamado diputado mayor de gobierno. También se ocupaba de guiar los pasos o tronos en la calle el día de la procesión, función por la que se explica el empleo actual de este vocablo para quienes sirven de lazarillos a los costaleros, ciegos tras los faldones de terciopelo.

Sin embargo, poco a poco se va extendiendo la voz capataz, de origen hispalense, para designar a los depositarios de esta función.

-Alumbrar: “Este año voy a salir alumbrando a Jesús”. Con este verbo tan preñado de significación se ha venido designando tradicionalmente en Jaén al acto penitencial de acompañar a la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno (“El Abuelo”) en la madrugada y mañana del Viernes Santo. Es un vocablo cuya acepción religiosa tiene reminiscencias jaenesas muy concretas.


-Promitente: Los varones que portan sobre sus hombros en Jaén la veneraba imagen de Nuestro Padre Jesús (“El Abuelo”) no reciben la denominación de costaleros, sino de promitentes, que quiere decir “que prometen” -el DRAE lo registra como americanismo. Se debe a que, en muchos casos, la motivación para portar la sagrada imagen es la de haberle realizado una promesa a Dios, personificado, el Viernes de Parasceve, en la artística efigie.

Joaquín María Cruz Quintás

Retazos de fraseología y léxico jaenés (VI)

- Cagueta: Con este vocablo, cuyo significado más extendido es –según recoge la Academia- el de “persona pusilánime y cobarde”, se designa en Jaén a la evacuación de vientre líquida o a la deposición de escasa consistencia. En el resto de España, la voz empleada para esta acepción, de manera generalizada, es diarrea, procedente en último término de la διάρροια griega. El origen de cagueta es, digamos, menos dado a la referencia cultista. Por derivación, procede, simplemente, de cagar.

- Biscúter: Con esta palabra guasona todavía se nombra en Jaén, aunque su uso va disminuyendo, a los botellines de cerveza de 1/5 de litro. Es una metáfora cervecero-automovilística que compara el pequeño tamaño de estas botellas con el del Biscúter, minúsculo turismo obra del ingeniero francés Gabriel Voisin, que se popularizó en España durante los años 50, y cuyo coste (accesible por fin para un segmento relevante de la población española) ascendía a 25000 pesetas.

El Biscúter

Tirana Aído

El abandono de la Razón y la liquidación por asfixia de la Conciencia en beneficio de la rentabilidad política constituye probablemente la más cruel enfermedad de nuestro tiempo. Las grandes utopías de la historia de la Humanidad crearon los mayores monstruos jamás imaginados, toda vez que, arrumbados los dos conceptos antedichos, hicieron naufragar repetidamente al género humano, narcotizándolo, eso sí, con palabritas verdaderamente preciosas. Las crueldades más terribles de la historia fueron siempre envueltas con el celofán de la bonhomía.

La propuesta de modificación de la ley del aborto que propone el ministerio de Bibiana Aído podría ser asimilada -si nos atenemos a argumentos meramente racionales- al de los totalitarismos más despreciables que haya conocido el hombre. Afamados son los experimentos de ingeniería genético-social que propugnó y llegó a consumar el nacional-socialismo alemán. Aunque el partido de la Aído parece haber perdido por momentos el marbete de nacional, no así el regustillo por sozializar desde la genética.

La nueva ley aboga por el aborto libre hasta los tres meses y medio, que suponemos es el momento en el que al feto se le infunde con precisión la vida humana. Es algo, verán, fácilmente deducible. Catorce semanas. Salvo en el caso de que el nasciturus tenga malformaciones, pongamos que Síndrome de Down. Entonces, se le podrá enviar gratis al cubito de la basura hasta los cinco meses y medio porque, hombre, no compare usted a un nene normal con otro retrasadillo. No sirve lo mismo.

La crisis de la conciencia que azotó Occidente a finales del siglo XIX y principios del XX acabó por elevar a los altares intelectuales la idea de Vitalidad, nuevo becerro de oro de Occidente, por encima de la propia Razón, y también de la Conciencia. Nietzsche percutió el andamiaje conceptual de aquellos años. Nietzsche y su concepto extramoral de la verdad. La idea de pecado –de raíz religiosa, pero no necesariamente vinculada con la piedad- fue cuestionada por muchos. Baroja, verbigracia. El concepto de amoralidad se impone en muchos frentes, y nada que la recuerde dejará de ser despreciado, porque la moral es resignación, tristeza, negación vital. Es la concepción antagónica a la de “la vida en colores, coño”, que diría el furtivo. Nosotros a esa nueva deidad de cartón piedra la hemos denominado, en artículos anteriores, Bienestar.

El dios Bienestar se revela en nuestros días como la cúspide de la pirámide de la idolatría materialista, esto es, deshumanizada. Sus sacerdotes lo presentan a diario como un ente de apariencia angélica, e incluso con forma de mujer rubia, joven y pija, aunque analfabeta y lerda. Pero ellos mejor que nadie conocen la dimensión exclusivamente comercial de esta fe. Intercambio de conciencias, dignidad y votos. De poder y de dominio. Fraudes y dinero. Hipócrates a subasta. Sangre.

Quizá nunca le veamos la cara al ángel exterminador. Pero sí vemos todos los días en la prensa la de quienes, para su mero rédito electoral, sólo buscan exterminar a los ángeles.
Joaquín María Cruz Quintás

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