JOAQUÍN MARÍA CRUZ QUINTÁS (Jaén, 1981) es licenciado en Filología Hispánica por la UJA. Doctorando en posesión del Diploma de estudios avanzados (DEA), otorgado por las Universidades de Jaén y Granada, dentro del Programa interuniversitario de doctorado El Veintisiete desde hoy en la literatura española e hispanoamericana (La Edad de Plata). Profesor de Lengua castellana y Literatura y Latín en el I.E.S. Ruradia (Rus, Jaén).

No tiene gracia, en realidad

Llevan varios días revolucionados los politiquillos de las Andalucías (esto es, nuestros tales) porque una diputada de lengua pronta ha afirmado que el acento de la ministra de Fomento le parece de chiste.

Semejante aserto ha provocado en nuestra comunidad una catarata de reacciones como ningún informe Pisa de educación lo haya hecho jamás por estas tierras. Nebrera ha sido crucificada incluso por los de su propio partido en Andalucía quienes, ayunos de argumentos (a base de dejar de usarlos), le han “exigido” que abandone la indisciplina del partido.

En este punto conviene realizar una matización a mi modo de ver imprescindible. El acento de Magdalena Álvarez no es representativo del de las diferentes hablas andaluzas por dos motivos capitales: En primer lugar, porque la variedad de matices que en las mencionadas hablas del sur de la Península encontramos es casi infinita. Y, en segundo término, porque lo que convierte el acento magdalenero en cosa paródica no estriba tanto en los rasgos diatópicos (es decir, los propios de la variedad geográfica) como en los diastráticos (esto es, los relativos al nivel sociocultural del hablante). Dicho de otro modo, a todos nos parece igual de gracioso oír hablar a Belén Esteban, con su acento tan madrileño como paleto, que a Magdalena Álvarez, con su gracia tan malacitana como iletrada. De ahí que al andaluz de cultura media las declaraciones de la Monteserrat le hayan dejado indiferente.

Lo cual revela un problema de mayor profundidad –y desconsolada tristeza-, tal que el acceso a las cumbres del poder político español de personajes que nos revelan a diario, de alguna u otra forma, su muy severa indigencia cultural.

Joaquín María Cruz Quintás

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