La nueva campaña del Ministerio de Sanidad contiene, en mi opinión, al menos tres pecados de origen fundamentales:
En primer lugar, el de la apología de la horterada, revelado en la estética musical y literaria (dicho sea en estricto sentido etimológico) del anuncio de marras: «Yo no corono rollos con bombo», etc.
En segundo lugar, el de identificar la evitación del embarazo como único objetivo de la relación sexual (al margen del placentero).
Finalmente, en tercer lugar (y como epítome de los anteriores) la ausencia de identificación entre la práctica sexual y una relación personal madura, sólida y afectiva.
Mientras tanto, y tras múltiples campañas de este tipo, los embarazos involuntarios no decaen y los abortos se multiplican. Es la consecuencia de estar todos los días lanzando piedras hacia el cielo con la convicción de que ninguna te caerá en la cabeza.
En primer lugar, el de la apología de la horterada, revelado en la estética musical y literaria (dicho sea en estricto sentido etimológico) del anuncio de marras: «Yo no corono rollos con bombo», etc.
En segundo lugar, el de identificar la evitación del embarazo como único objetivo de la relación sexual (al margen del placentero).
Finalmente, en tercer lugar (y como epítome de los anteriores) la ausencia de identificación entre la práctica sexual y una relación personal madura, sólida y afectiva.
Mientras tanto, y tras múltiples campañas de este tipo, los embarazos involuntarios no decaen y los abortos se multiplican. Es la consecuencia de estar todos los días lanzando piedras hacia el cielo con la convicción de que ninguna te caerá en la cabeza.
Joaquín María Cruz Quintás