Hoy se ha inaugurado la iluminación navideña Jaén. Hay una variedad no muy novedosa: desde las más llamativas lucecitas azules de la arboleda del Paseo de la Estación, hasta la ornamentación obstinadamente paleta y ochentona del Gran Eje, ese gran gazapo urbanístico. Al menos el castillo de Santa Catalina no se asemeja, como hace un año, a un prostíbulo fortificado que, en un muy hortera anacronismo, pareciera estar habitado por doncellas dispuestas a dejar de serlo, tiremos de etimología. Una sencilla estrella de Oriente lo ha devuelto a los tiempos de Herodes, del que - aunque no era hombre seráfico- no hay constancia de que regentara un lupanar betlemita.
Joaquín María Cruz Quintás